miércoles, 8 de diciembre de 2010

Comienzos de la aviacion en Honduras.

Honduras fue el primer país de Centroamérica que tuvo el privilegio de conocer un avión.

Esta afortunada circunstancia contribuyó a incentivar la imaginación y la curiosidad del hondureño ante la naciente aviación. Lo anterior nos obliga modesta y curiosamente a relatarles el siguiente episodio: en el año de 1879 como gran espectáculo de esa época en Tegucigalpa, funcionaba un circo mexicano, que junto con el hondureño Serapio López elevaban globos de aire caliente al espacio.

En una oportunidad, el globo fue “tripulado” por la señorita Rufina Balcazar, aventura extraordinaria para una mujer en esos años.

El primer aparato aéreo que se tiene conocimiento, que surcó los cielos hondureños, fue una aeronave ligera marca Bristol, traída al país en 1921. El avión se obtuvo de la Fuerza Aérea Inglesa siendo tripulado por Ivan Lamb,  ex combatiente de la primera Guerra Mundial.


De acuerdo con los datos que existen, el primer aviador hondureño fue el capitan  Lisandro Garay, quien cursó estudios de aviación en los Estados Unidos, obteniendo con éxito su grado de piloto aviador. Para el año de 1929 el periódico La Tribuna, que editaba en Tegucigalpa el ilustre literato don Alfonso Guillén Zelaya, patrocinó la idea de comprar un avión, en el cual el capitan  Garay volaría desde los Estados Unidos a Honduras sin escalas; proeza que para esas épocas constituía una riesgosa aventura. En el año 1931 la embajada Hondureña en Washington comunicó al gobierno de Honduras que el capitan Garay volaría desde Wilmington, Estados Unidos sobre el Caribe cruzando México y Guatemala.
Superados los anteriores tropiezos, se anuncia que el vuelo del Capitan Garay sería el 9 de agosto de 1931, en su aeroplano bautizado con el nombre de ´´Lempira´´. El vuelo se inició en buenas condiciones, pero al llegar al Cabo Hatteras, costa de Carolina del Norte, una tormenta lo sorprendió y lo obligó a descender sobre el mar, permaneciendo 36 horas a la deriva fue rescatado posteriormente por un barco brasileño, convirtiéndose así en el primer piloto de la historia de la aviación en ser rescatado del mar.

 
En 1935, la Empresa Pan American explotaba el transporte aéreo en el país y con la intención de operar en Tegucigalpa pide permiso al gobierno para construir un edificio terminal para sus oficinas e instalaciones; operaciones que inició ese mismo año. La terminal de una planta fue construida con bloques de piedra extraídas de las canteras de Tegucigalpa y se encontraba situado al Sur Este de la pista de aterrizaje actual. Como detalle curioso la llegada de los vuelos a la terminal aérea se anunciaba haciendo tañer una sonora campana, esta empresa gozó de un gran monopolio en Latinoamérica hasta posterior a los años cincuenta.